Era esta mañana, cuando estas palmeras, como recién llegadas de un «wadi» de oriente, se hicieron un fuego de artificio para iluminar su sed, para verdear este Mar de Sur que mostraba en su calma todo su abismo. Yo también me iluminé de ellas… inundándome de un calor frío…de color azul. Luego leí poemas inexistentes…leí silencios.
C.R. Ipiéns.

A mil besos de profundidad. Leonard Cohen.
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