Esta acuarela quiere sintetizar la atmósfera mediterránea con trazos mínimos y luminosos. El uso de la espátula para la definición de las líneas hace que la acuarela respire un equilibrio entre la precisión del dibujo y la espontaneidad del gesto, también destacar los contrastes entre la suavidad del agua y la fuerza de los muros encalados. Las manchas de color, aplicadas con frescura, sugieren fachadas soleadas y barcos que descansan en calma. La obra transmite el sosiego de un puerto que se adormece bajo la claridad insular. La economía del trazo y la frescura de los pigmentos transmiten calma, como si la mirada del espectador se detuviera en una siesta de verano frente al puerto.
Haiku:
Blanco y azul callan,
los barcos se adormecen,
sueña la mar.
Faros de Menorca
Carlos Ipiens
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