
Del millar y medio de páginas que ocupan las obras completas de Lewis Carroll, Leopoldo María Panero nos ofrece en Matemáticas demente una selección de sus historias « humorísticas » una excelente muestra de los divertimentos lógicos del autor bajo las más variadas formas: desde relatos hasta diálogos dramatizados, pasando por hojas de instrucciones, enigmas, poemas o cartas. Como escribió el propio Carroll, son cuentos que plantean una o más cuestiones matemáticas de aritmética álgebra o geometría, según el caso para el entretenimiento y posible edificación, de los lectores. En todos ellos se nos descubre lo que hay de cómico y subversivo en cuanto aplicamos la lógica más implacable a algunos problemas aparentemente absurdos siempre queda vencido nuestro sentido común.
– Estación-
…era ya mi único sueño
y suspiré solo una vez
infinita…
y sobre mi espera
mil vueltas dieron las estrellas
y todos los deseos fueron
consumidos: en el vacío…
en la fría puñalada
que recibía de tu beso,
de tu llanto…
y de mi sueño.
a la vez me suspiré
sobre mis lágrimas
que derramaba en alabanza
a las mentiras.
¿y por qué no me quedé allí?
…era ya mi único sueño…
C.R. Ipiéns
Madrugada del 15 de abril de 1982. (Estación) C.R. Ipiéns.
De “Leda Tristura” y “Carminidades”.